lunes, 28 de noviembre de 2011

Tiempo para

Llegaba aquí con las ideas atadas a los tobillos. Pero ahora he tropezado y no sé qué más decir. Lo único que sigo teniendo claro, es que no son necesarias las palabras complicadas en todo momento. A veces, lo único que se necesita es una mirada real. Una aclaración de las palabras resumidas en un pestañeo. Necesito y quiero tiempo para reducir todo un universo de cordones liados, llenos de nudos, para disfrutar al hacer la cama y desayunar después de las cuatro de la tarde. Para charlar de cosas absurdas. Para desaprender las buenas maneras, la forma correcta de decirte las cosas. Para olvidar las circunstancias y gritarte bajito todo lo que pienso. Solo quiero poder pasear al lado del mar y simplificarlo todo al salitre y tus caricias. Quiero desatar el calor y el deseo. Solo quiero poder desnudarme en paz y recorrer los rincones de tus sonrisas. Sentir la arena entre los dedos de los pies y mis ideas llenas de ingenuidad. Sentirlas como si fuesen realmente mías, sin más complicaciones ni enredos. Que todo sea posible. Resumirlo en un encuentro entre tu boca y la mía.

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