Hasta aquí llegó el ritual
de enfados y canibalismo estúpido.
Son demasiadas horas en vela
y nada que decir.
Descansamos nuestra espalda
en las persianas bien cerradas,
tú y yo anémicos
y a cada parpadeo calmado
intentamos dormir.
Terapias mal llevadas sin nadie
que mediara por dos histéricos,
mis gritos envasados al vacío
reventaron al fin.
Y ahora congelo cada instante
sabiendo de antemano
que son los últimos
la noche en que el noventa y nueve
llegó hasta abril.
de enfados y canibalismo estúpido.
Son demasiadas horas en vela
y nada que decir.
Descansamos nuestra espalda
en las persianas bien cerradas,
tú y yo anémicos
y a cada parpadeo calmado
intentamos dormir.
Terapias mal llevadas sin nadie
que mediara por dos histéricos,
mis gritos envasados al vacío
reventaron al fin.
Y ahora congelo cada instante
sabiendo de antemano
que son los últimos
la noche en que el noventa y nueve
llegó hasta abril.
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